Odio tu capacidad para dañar un momento perfecto, y tu forma de no complacerme en lo más sencillo.
Odio que solo haces las cosas cuando tienes el agua al cuello y no eres capaz de tomar una decisión que no sea bajo presión.
Odio tu indecisión y tu estúpido papel de víctima.
Odio como encuentras todas las maneras posibles de sabotear tu propia felicidad, y la mía por supuesto.
Odio estos últimos 5 meses, porque he sido una mala persona mientras busco el bien de alguien, porque he estado sentada esperando por algo que mi cabeza me dice que nunca ocurrirá, porque han sido una prueba más de que la vida no me va a dar lo que quiero sin que antes llore, me rompa el corazón y me sienta desgarrar por dentro.
Odio tu sonrisa que hace que el mundo se vea perfecto y de colores.
Odio que cuando duermo en tus brazos no me importa más nada.
Odio que daría la vida por verte feliz y empeñaría el mundo solo por pasar la vida contigo.
Odio sentirme tan llena y al mismo tiempo tan vacía.
Odio todas las promesas que me hice a mi misma, y que ahora yacen rotas en el piso porque quise complacerte.
Odio que esto no tenga nombre, lineamientos claros, derechos, deberes, y todo aquello que debe tener una relación.
Odio que al final del día no soy nadie.
Odio tu vida, y la mía, y el momento en que se cruzaron.
Odio tener que repetirte mil veces como quisiera que funcionaran las cosas y que nunca prestes atención, o decidas ignorar mi petición.
Odio este impulso que me hace sentir que justo ahora sería mil veces más feliz si tan solo pudiera romperte la nariz.
Odio los momentos perfectos que tenemos juntos y la sensación de seguridad que me da sentir tu aliento cerca.
odio la sensación de tus manos sobre mi piel que me relaja de forma instantánea.
Odio quererte todos los días un poco más, y esa horrible sensación de estarme enamorando de ti, definitivamente esto es lo que más odio…
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