lunes, 29 de septiembre de 2008

... En definitiva... así me siento

Tengo demasiadas cosas que decir, y no se por donde comenzar… escribiendo eso comencé a pintar aquella noche, y me cuesta tanto comenzar esto, que pensé que la misma frase tal vez haría magia de nuevo… Pero contigo todo es diferente, y no encuentro como decírtelo.


Son años, de besos, errores, problemas, buenos momentos, situaciones inolvidables y corazones rotos, y no cambiaría ninguno de ellos. Quisiera no haberte hecho daño, pero creo que todo lo que nos ha pasado nos ha transformado en lo que somos hoy en día, y honestamente amo lo que eres hoy en día. Me gustas tanto que incluso adoro las partes malas; adoro tu antipatía, o apatía, cuando ya no puedes más… amo tu sonrisa, es tan fácil olvidar todo solo con verla que me hace sentir estúpida.

Sinceramente puedo decir que estoy enamorada de ti, no se a que nivel, definitivamente nada obsesivo; solo me encanta verte feliz, y me encantaría aún más ser yo quien te hace feliz, pero no siempre me dejas… es cierto que te digo solo la mitad de las cosas que pienso y siento, en definitiva siento demasiado miedo.

Eres una de las personas mas importantes de mi vida, una de esas personas que no tienen tiempo, no importa cuantos años pasen lo que siento por ti nunca va a cambiar, es cierto que en algún momento dije que te odiaba, pero nunca fue de corazón, sería imposible odiarte y todavía no entiendo porque… Eres el tipo de persona que me hace sentir completa, pero no porque estas conmigo, sino por lo que eso implica; eres esa persona que me demuestra que si se puede ser feliz a pesar de todo… y definitivamente eres la persona con la que podría pasar una vida, en cualquier condición, sin aburrirme nunca.

Es que simplemente amo la sensación que me provoca tenerte a mi lado, tener la posibilidad de hablar contigo en cualquier momento del día, y no tienes una idea de lo libre que me siento a tu alrededor… me haces otra persona y me encanta, me das la capacidad de llegar a sitios donde nunca había estado, y me desencadenas pensamientos y sensaciones que nunca había experimentado. En definitiva, así me haces sentir, y no lo cambiaría por nada en el mundo...

Y quisiera poder decirte todo esto directamente, pero así soy yo, el tiempo me ha hecho incapaz de solventar estas situaciones; me ha dejado cual discapacitada y me corta las palabras cada vez que quiero decirlas… Perdón, por todo lo que te he hecho pasar, solo espero que al momento de leer esto entiendas todo lo que estoy sintiendo…
"When you're too in love to let it go, but if u never try you never know" FIX YOU / COLDPLAY
I'm trying, and maybe i'll know...

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Marcas, Cicatricez... Desconfianzas

Nunca te diste cuenta, pero te lo dijimos un millón de veces …



Esa noche me senté ahí, esperando, con una desconfianza enorme dentro, no por tu culpa, ni por la de ella, sino por una tercera persona que nada tiene que ver en esta historia. Me convencí a mi misma de que no pasaba nada, cuando te vi salir, en la actitud más normal, y con esa sonrisa que adoro en tu rostro, mientras comías… respiré de nuevo. Confío en ti, sin duda alguna, ciegamente, a pesar de todas las historias pasadas, al final lo que me queda es rezar para que tu confíes en mí, porque yo tampoco he sido intachable.


Hoy me siento aquí, y no puedo parar de darle vueltas a la cabeza, en como esa tercera persona ha cambiado mi perspectiva de todo, del mundo, de la amistad, de las mujeres, y de lo poco que puede significar una relación si sabemos como justificarlo. Y he estado en su posición, y aún así no lo comprendo, me hundo en un sin fin de pensamientos, escenarios posibles, situaciones inverosímiles y aún así no llego a dar con las circunstancias que me harían comportarme de esa manera. Eres la razón por la cual he perdido la fe en la buena intención de las personas, eres la razón por la cual me he convertido en un ser que desconfía, es culpa tuya que de hoy en adelante decida ver las cosas dos veces y no asumirlas de antemano; porque lo que hiciste no tiene nombre.


Y si, decido culparte a ti, a ti que eres una tercera persona, que no tiene nada que ver con mi situación en este momento; a ti que no puedes defenderte porque nunca sabrás que es tu culpa, porque caíste lo más bajo posible, y las disculpas ya no valen nada. Y lo que más me irrita es que en tu cabeza solo le hiciste daño a ella, pero sin darte cuenta marcaste a todos los que conocen la situación, nos dejaste a todos una cicatriz que no tenemos como borrar… debería darte vergüenza, ¿no lo crees?


A todos nos llega un momento como este, supongo, un momento en el que necesitamos que alguien nos demuestre que el hombre no es tan egoísta como lo dijo Hobbes, en el fondo todos queremos tener un poco de Rousseau y ver al hombre como un ser de naturaleza buena. Solo tenemos que conseguir una persona que nos demuestre que es posible confiar, creer y entregarse, que no todos nos harán daño, y que siempre habrá alguien ahí para cuidarnos cuando alguien lo haga. Y si he llegado hasta aquí es porque de una u otra manera siempre he tenido alguien que me acompañe, que me de la mano y me levante cuando no podía hacerlo sola, pero también he tenido quien me hunda cuando es necesario, porque todos tenemos que estar conscientes de nuestros errores, de cómo y cuando nos equivocamos.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Telenovelas a Domicilio…


Esto no es lo normal, pero definitivamente tiene algo que ver, y debe ser liberado, es cuestión de decirle al mundo lo que pienso de la situación; tan simple como que todos deberíamos ser un poco menos dramáticos…



Es una historia que comienza hace aproximadamente unos 5 años, y nunca te imaginas lo larga que va a ser… entras a un salón de fiestas, al que no fuiste invitada, de hecho tu amiga tampoco, pero ahí están, en todo su esplendor de 16 y 15 años, el cual no era mucho considerando que una acababa de operar las cordales. Y conoces a dos chicos que, sin ellos saberlo, y tú menos, van a cambiar tu vida… La van a cambiar porque te ayudarán a superar cosas que creíste que eran imposibles, con ellos aprenderás millones de cosas divertidas, y no tan divertidas, y al final del día simplemente la pasas bien en su compañía. Total es que el asunto va a cambiar tu vida, tu perspectiva de las cosas, en un principio ligeramente, pero ahora que lo ves 5 años después sabes cuanto tienes que agradecerles, y culparles, por la persona que eres hoy en día. Porque estos años, cada vez que ellos tocaron mi vida, el asunto se transformó en una telenovela, ya sea en su parte más rosa, o dramática, pero una telenovela al fin.

No vale la pena caer en el desarrollo de la novela, solamente a manera de resumen… te gustó uno de los chicos, te hizo daño y después de un tiempo tu a él. Terminas siendo novia del otro por dos años, buenos años, la verdad solo te arrepientes del final, y como es de suponerse, ellos que solían ser mejores amigos, ya no lo son; y como en toda buena telenovela, a pesar de los buenos 2 años que tuviste con el otro, nunca olvidaste al primero. Ya van 3 años de novela, pasan 2 años más y te encuentras parada de nuevo en la misma situación… te das cuenta de que nunca lo superaste, y no solo la parte sentimental, sino todo el trauma y toda marca que eso dejó. Lo vuelves a conseguir, por la vida, y tu primer pensamiento es “que bello es, lo amo demasiado” aunque sabes que es mentira, no lo amas, simplemente te gusta… Te dejas llevar y terminas saliendo con el de nuevo, encantada de la vida, porque sabes que es capaz de hacerte demasiado feliz, o demasiado miserable, pero omites lo de miserable, porque siempre nos conviene. Y viene de nuevo, en un día importante para ti, llega “la conversación” que escuchaste hace poco de otro chico, donde terminan por decirte que tu no eres lo que están buscando, camuflado con una cantidad de “te quiero”, “no te quiero hacer daño” y “esto no va a funcionar”; que al final nadie sabe si es la verdad. Te hundes, grave, frente a todos tus amigos apenas el se va del sitio, lloras, por unos 20 minutos, cosa que el nunca va a saber, pero lo dejas ir… ¿será que lo dejas ir?

Lo encuentras de nuevo, una semana después, y a decir verdad, nunca dejó de escribirte, y utilizar adjetivos contigo que se usan con quien estas saliendo, y tu solo te sientas como una estúpida a preguntarte qué demonios está ocurriendo en su cabeza (que es bien trastornada por cierto y precisamente por eso te encanta). Llega el fin de semana, y te lanzas al escape, lejos, sin celular, sin baño, sin nada más que unas cuantas ensaladas y una cava llena de alcohol. Lo encuentras, en medio del escape… y sin más te dice que la chica con la que estaba saliendo esta ahí… momento de claridad, lo entiendes todo, finalmente tienes frente a ti la explicación, y comienzas a decirte las mil maneras en que vas a superarlo, cuando no han pasado mas que horas, y el decide que lo mejor que puede hacer es besarte, te confundes de nuevo, no entiendes nada, ¿será que solo le encanta jugar con tu cabeza?, te presta toda su atención, es impresionante. Y pasan varios días en medio de esa situación, donde tú básicamente eres la otra simplemente porque te provoca… pero ¿de verdad eres la otra? Al final, lo conoces desde hace 5 años ¿no?

Y pues de aquí caemos en lo que hasta ahora sería la etapa cumbre de esta Telenovela a Domicilio… ¿Por qué a domicilio? Porque no importa cuanto intentes escapar, ella te va a perseguir. Te encuentras en medio de otra fiesta, esta vez si en todo el esplendor de tus 21 años, tú amiga no esta a tu lado, su amigo tampoco, pero ahí estás, con él; en tu cabeza, no se puede poner mejor, porque además te dijo que está harto de la otra. Y es ahí donde se desata el drama, de repente te das cuenta de que su amigo, tu ex, está ahí, lo único que cruza tu mente es “que mal tripeo” o un prudente pero odioso “¿Qué hace este aquí si no le gusta este tipo de música y nunca viene?”, pero decides omitir la situación, te acercas saludas de una manera bastante efusiva, que el obviamente no responde porque básicamente te odia; pero a decir verdad a ti ya no te preocupa. Te dedicas a bailar y disfrutar con el chico que en verdad te gusta, cuando de la nada te anuncian que la otra chica esta ahí… puedes verle la cara de impresión y disgusto, incluso mientras ella decide alejarlo y “hablar con el” lo cual termina siendo, por tu impresión, un “hablarle a él”.

Tu otra mejor amiga acaba de conseguir al chico que le gusta besando a una mujer que resultó tener dos hijos, y está ligeramente molesta. Mientras ellos también acomodan sus asuntos, tú dedicas tu noche a bailar, despreocupadamente, al final, no tienes nada, así que no tienes nada que perder. Cuando te molestan por todos lo comentarios que supuestamente le hiciste a una chica acerca de otro chico… la verdad ni los recuerdas, debe haber sido hace tiempo que omites la situación. Sigues bailando, relajada, viendo a la gente a tu alrededor, tomándote algo, para no caer en el mal rato. Y la velada termina con la otra chica lejos, tú besando al chico que te gusta y tu amiga dando una segunda oportunidad… ¿Qué más puedes pedir? Pues simplemente que le bajen dos grados al nivel de drama en su vida, porque las cosas se van a resolver… ¿No estoy yo saliendo o haciendo no se qué con el chico que me gustaba hace tanto tiempo?, ciertamente, entonces es mejor esperar que arrugarse del estrés ¿verdad?


jueves, 11 de septiembre de 2008

Es así como te dejo ir...

tengo esa gran capacidad de dañar las cosas que son casi perfectas

Me bloqueo, entro en estado de shock... mientras la conversación cae en banalidades. Te puedo oír, pero sinceramente, no te estoy escuchando. Y comienza a repetirse en mi cabeza, cual canción de moda en la radio, la última frase pronunciada que tuvo algún sentido, y que de una u otra manera, me lleva a conscientizar que lo único que deseas decir es "esto termina aquí".

Se activa mi respuesta automática, la misma que he visto surgir de mis labios en los peores momentos, y deriva en un simple "lo que tú creas mejor". Así comienzo a jugar a la niña fuerte que tiene un hoyo negro en el corazón, cuando la verdad es que voy sintiendo poco a poco como se desprenden los pedazos.

Desmiento una y otra vez que la razón del vacío en mi mirada tenga que ver con tus palabras, y dejo que el sentimiento me contamine por dentro para no dejarlo salir. Me encierro, como siempre, en el mejor intento de no detenerte, evitando mostrarte el camino que yo vislumbro, porque siento que ya elegiste. Y es así como comienzo a caminar por tu camino, dejando el mió de lado, a ver que encuentro... es así como me pierdo en los sin fines de tu vida, a ver en que termina.

De nuevo el vacío, el deslumbre, el shock; mientras mis entrañas gritan que no me paralice, que haga algo, que explique de una u otra manera que si esto se acaba el mundo cae en protesta. Dejo que el cerebro tome el control y pongo fin a una situación emocional por medio de la razón, convenciéndome en medio del altruismo más profundo, de que tú estás mejor sin mí.

Reprimo millones de palabras, no te digo lo que significas... llegaste hace tanto tiempo, y nunca te has ido de verdad; sin darme cuenta te entregué mi corazón y la verdad nunca lo recibí de vuelta por completo. Me ahogo, y me doy cuenta de que a decir verdad tengo dos opciones frente a mí; o me estás mintiendo y me merezco la verdad; o me estás diciendo la verdad y necesitas una bofetada que te haga reaccionar.

Siento como me queman las ganas de jurar que no te quiero hacer daño, que quiero ser diferente, pero ya es mucho tiempo sosteniendo las lágrimas. Quiero gritarte que prefiero que me hagas daño tú a estar bien al lado de alguien más, pero estoy atada, y no entiendo por qué. Me dejo llevar por ti, por la situación, y te doy cuerpo y alma en un beso, ocultando la presencia de sentimientos. Comienzo a hablar banalidades, a hacer comentarios vacíos, mientras que tejo una secuencia de todo lo que va a ocurrir el minuto en el que te vayas. Me hundo mientras veo mi peor pesadilla materializarse frente a mí, aunque se que no vale la pena.

Me sumerjo y me dejo llevar por la corriente, mientras actúo como si no importara nada, cuando lo cierto es que no me quedan fuerzas para seguir luchando. Y es así como te dejo ir y ni siquiera estoy segura de esto, creo que me dejo ir a mi misma, porque tú nunca has estado lejos.

Nunca me pidas tenerme de nuevo, porque nunca me has perdido, aunque me duela admitirlo; no me pidas un espacio en mi vida, porque en muchos casos has sido dueño de ella; y nunca me pidas un espacio en mi cama, porque sabes que siempre ha sido tuyo... aunque me moleste

martes, 2 de septiembre de 2008

Me tienes la vida hecha un yogurt...

Me sorprende, no el estar aqui, sino verte desde otro punto de vista... podría ponerme en tus zapatos, pero. honestamente, no quiero hacerlo



Estoy, por primera vez en largo tiempo fuera del hueco, sin darme cuenta; y me pregunto si fue que un día sin más me levanté y vi la luz...

Somos todos criaturas complicadas, buscando justamente lo que no podemos obtener... entre más se nos niega, más lo queremos, y terminamos culpando a la vida por la situación, cuando la realidad es que nada ni nadie, aparte de nosotros mismos, tiene la culpa. Nos encanta tener una razón para sufrir y lamentarnos porque todos tenemos algo de masoquistas. Podría asegurar incluso que cada vez que todo está bien recurrimos a ciertos niveles de autosabotaje, solo para hacer las cosas ligeramente más graciosas.

Ni hablar de lo que ocurre cuando las cosas van mal, porque nos encanta hundirnos más aún... escuchando canciones deprimentes cuando ya nuestros ánimos no dan más; vemos películas que sabemos nos harán llorar, e intentamos sumergirnos en el alcohol, conscientes de que solo terminará en horas de llanto y una resaca aún peor en la mañana.

En resumen, somos tóxicos para nosotros mismos en la medida de lo posible y más allá de las barreras de lo imposible. Al final todos tenemos un masoquista a flor de piel, y un espíritu pesimista esperando para explotar, al punto que se nos hace más fácil calcular que podría salir mal, cuando la vida nos da un millón de buenas opciones. Tanto así que cuando todo va bien vivimos en la incertidumbre, esperando el momento en que todo se voltee.

El asunto está en que no creo que esto deba seguirse llamando pesimismo o masoquismo, sino naturaleza humana... porque esta tan inmerso y arraigado en nosotros que no queda otra salida, porque está presente en todos, a mayor o menor grado...

Y tú, a mí, me tienes la vida hecha un yogurt...