Quisiera odiarte… pero no puedo, quiero amarte, pero no me dejas; quiero que seas feliz, pero me sigues persiguiendo, y cuando estás verdaderamente cerca, solo huyes… no eres mas que un animal salvaje …
Las dos frases más incoherentes que he escuchado en mi vida
“Yo a ti te adoro, te amo, lo eres todo… por eso deberíamos estar separados”
“Es que no estoy listo para algo tan perfecto”
Y esto probablemente tampoco sea coherente, simplemente no salen de mí frases con sentido desde hace semanas. Son muchas cosas dando vueltas en mi cabeza, millones de temas de los que hablar, miles de cosas sobre las que reflexionar, pero no logro mantener una cadena lógica de pensamiento. Estoy estacionada en medio de una autopista interestatal… pasan millones de cosas a mi alrededor, pero no logro captar ninguna del todo, de manera que a la hora de resumir todo lo que he visto voy a perder tantos detalles que no seria correcto.
Te siento cerca, pero dos minutos después no podrías estar más lejos; tal vez soy yo, quizá eres tu quien se aleja, sino yo quien se aísla… quizá de un momento a otro levanto un muro que no te deja pasar, tienes que entenderlo, solo estoy evitando sentir más… más sufrimiento, más amor, más odio, más felicidad… solo quisiera dejar de sentir al menos por un momento, por un día, descansar de este torbellino de emociones que tengo por dentro. Al menos puedo garantizar que estoy aprendiendo, haciéndome más fuerte, logrando aislarme y mostrarle a la gente algo que no está ocurriendo, he aprendido a hacer creer a los demás que todo está bien cuando estoy al límite de explotar, y se siente bien, porque evita la vulnerabilidad de que conozcan la situación; de hoy en adelante soy de hierro, esa es la meta.
Estoy sentada aquí, en medio de todo esto, que a decir verdad no tengo como explicar, mas que con frases aisladas, relatos cortos que al final no dicen nada, palabras, citas, canciones, lo que sea menos un hilo conductor coherente, porque me faltan tantas piezas de este rompecabezas que no sabría como armarlo. Estoy tan abstraída de mi propia vida que puedo verlo todo desde afuera, como siempre he querido, y es tan incoherente, que no puedo darme el consejo que necesito para seguir. A veces nos alejamos tanto de nosotros mismos, que no entendemos cómo llegamos hasta acá y cómo podríamos regresar… confieso que estoy perdida, no estoy en ningún lugar, y estoy en todos al mismo tiempo; soy ese personaje de novelas que cuando menos lo esperas aparece y cuando lo necesitas nunca lo encontrarás, ese objeto que encuentras justo cuando dejas de buscarlo, esa palabra que no te llega a la lengua cuando estas frente a cientos de personas, pero que la usas con facilidad cuando no hay nadie cerca.
Pero poco a poco nos vamos definiendo a nosotros mismos, y encontrando los puntos débiles y las cosas que nos afectan. A todos nos duele ser olvidados, pero nos duele aun más ser reemplazados, de ahí los celos, pero esta vez no es tanto una cuestión de celos, porque está establecida la situación, no hay un impulso de por medio que me lleve, es más bien el derrumbe que ocurre cuando te das cuenta que efectivamente no eres imprescindible, que todas esas palabras que te han dicho encajan con alguien más, que o las percepciones cambian o la gente miente, y ninguna de las opciones vendrá a darnos seguridad, porque implican una mutación, una alteración, algo que no debe ser. Y se nos parte el alma al entender esto… porque nadie quiere ser olvidado, a todos nos duele que nos superen, por eso nos aferramos a las cosas.
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