lunes, 16 de febrero de 2009

De nuevo

El mundo dio una vuelta completa, un año pasó y yo terminé exactamente en el mismo sitio, es la tristeza de darnos cuenta de que las cosas se repiten y que nosotros no hacemos nada para evitarlos.




Me enfrenté a los peores gigantes de mi historia en este año, y pensé haberlos vencido, pero aquí me encuentro frente a ellos, de nuevo, como si fuera la primera vez; fascinada por su belleza e impresionada por su tamaño. Me veo aquí, en aquella misma posición, con la misma inocencia en mis ojos, con la cara de alguien que no ha luchado y que nunca ha vivido de cerca lo dañino de la vida. Me pregunto si será posible… si he de comenzar de nuevo, porque se que esa calma es solo una ilusión, conozco lo que está escondido bajo esos ojos inocentes; ya he vivido en carne propia lo que aquellos dos gigantes pueden hacer, y aún así mi cuerpo me invita a acercarme.


Estoy ahí, inmóvil, esperando, dejando que pase el tiempo, envejeciendo poco a poco mientras nadie toma una decisión… no hay movimiento, no hay gestos, no hay comunicación, solo un enorme vacío que aparenta ser imposible de llenar. Solo queda una alcantarilla que tapamos de vez en cuando, dejamos de lado y nos olvidamos de su existencia, hasta que algún vehículo la rompe, o algún peatón la levanta, y volvemos a encontrar los desechos de un pasado que no queremos revivir; volvemos a recordar, y aquello que estaba en la parte trasera del cerebro viene de vuelta.


Es la reencarnación de aquello a lo que le tenemos miedo, de aquello de lo que queremos huir; es la desesperación de aquel que venció el miedo una vez, y se da cuenta que fue algo totalmente inútil, porque siempre regresan. Cómo hacer para revivir una de las peores peleas de nuestra vida sin dejar que se abran viejas heridas; o peor aun, nuevas heridas… cómo llegamos al punto en el que sabemos que nos hacemos daño, y no regresar… cómo saber que viene el sufrimiento, y no correr, qué nos impulsa a seguir ahí, sin más ni menos... al final, honestamente, lo único que me queda por decir, es que de seguro somos idiotas.

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