Alguien…

Siempre llega alguien que me cambia el mundo, que no me deja seguir viendo la vida como la veía hasta ese momento. Llega alguien que me demuestra cuanto puede doler una risa o una simple sonrisa, alguien que me puede mostrar la felicidad de las lágrimas, alguien que nos cambia todo y me deja algo nuevo que entender, que aprender y que vivir.

Me han enseñado el poder de una mirada y la tristeza de una sonrisa. He tenido quien me enseñe cuán mágico puede ser estar enamorada, pero también ha llegado quien me mostró que duele como nada en este mundo. Ha llegado quien me obliga a pensar en lo que prefiero ignorar y que ahora no puedo olvidar y también quien me enseñó a continuar las cosas aún cuando no las quiera terminar.

Me he encontrado con esa persona que llegó solo a romper todas mis expectativas, aquella que me obligó a entregarme cuando no quería y a alejarme cuando lo único que quise fue acercarme más.

Tuve a esa persona que me enseñó lo importante de una amistad por encima de todo, y a aquel que decidió eliminar todo rastro de lo que existía. Encontré a esa persona egoísta que logró que mi vida girara alrededor de la suya y mis metas se transformaron en él nada más. Tuve a esa persona que me puso por encima de todo y me demostró lo importante que era mi vida.

He aprendido que cuando nos dicen te amo no lo sentimos en ningún lado, pero cuando nos dicen ya no te amo sentimos como drenan cada pedazo de nuestro cuerpo y nos quedamos ahí vacios. Me han enseñado que no cumplo las expectativas y que mi forma de ser y de vivir puede no ser suficiente; que no hay razones para enamorarse de mí, así como he aprendido que hay mil cosas que atraen a la gente hacia mí.

Quiero otra cosa… quiero alguien que entienda que no soy capaz de sentarme tranquila por más de un minuto. Alguien que entienda que no tengo el mismo concepto de orden que el resto del planeta y que acepte que la mayoría del tiempo me niego a comportarme como debería una dama. Necesito alguien que se de cuenta que la mitad de las decisiones que tomo son cosas de las que me voy a arrepentir, y que tengo el derecho ha ser drámatica en algunos momentos. Quiero a alguien que sepa que estoy totalmente mal de la cabeza y que no me quiera de ninguna otra manera, porque me encantan mis fallas y amo mis imperfecciones, porque me hacen como soy y eso me parece total y completamente genial.