Esto no es lo normal, pero definitivamente tiene algo que ver, y debe ser liberado, es cuestión de decirle al mundo lo que pienso de la situación; tan simple como que todos deberíamos ser un poco menos dramáticos…
Es una historia que comienza hace aproximadamente unos 5 años, y nunca te imaginas lo larga que va a ser… entras a un salón de fiestas, al que no fuiste invitada, de hecho tu amiga tampoco, pero ahí están, en todo su esplendor de 16 y 15 años, el cual no era mucho considerando que una acababa de operar las cordales. Y conoces a dos chicos que, sin ellos saberlo, y tú menos, van a cambiar tu vida… La van a cambiar porque te ayudarán a superar cosas que creíste que eran imposibles, con ellos aprenderás millones de cosas divertidas, y no tan divertidas, y al final del día simplemente la pasas bien en su compañía. Total es que el asunto va a cambiar tu vida, tu perspectiva de las cosas, en un principio ligeramente, pero ahora que lo ves 5 años después sabes cuanto tienes que agradecerles, y culparles, por la persona que eres hoy en día. Porque estos años, cada vez que ellos tocaron mi vida, el asunto se transformó en una telenovela, ya sea en su parte más rosa, o dramática, pero una telenovela al fin.
No vale la pena caer en el desarrollo de la novela, solamente a manera de resumen… te gustó uno de los chicos, te hizo daño y después de un tiempo tu a él. Terminas siendo novia del otro por dos años, buenos años, la verdad solo te arrepientes del final, y como es de suponerse, ellos que solían ser mejores amigos, ya no lo son; y como en toda buena telenovela, a pesar de los buenos 2 años que tuviste con el otro, nunca olvidaste al primero. Ya van 3 años de novela, pasan 2 años más y te encuentras parada de nuevo en la misma situación… te das cuenta de que nunca lo superaste, y no solo la parte sentimental, sino todo el trauma y toda marca que eso dejó. Lo vuelves a conseguir, por la vida, y tu primer pensamiento es “que bello es, lo amo demasiado” aunque sabes que es mentira, no lo amas, simplemente te gusta… Te dejas llevar y terminas saliendo con el de nuevo, encantada de la vida, porque sabes que es capaz de hacerte demasiado feliz, o demasiado miserable, pero omites lo de miserable, porque siempre nos conviene. Y viene de nuevo, en un día importante para ti, llega “la conversación” que escuchaste hace poco de otro chico, donde terminan por decirte que tu no eres lo que están buscando, camuflado con una cantidad de “te quiero”, “no te quiero hacer daño” y “esto no va a funcionar”; que al final nadie sabe si es la verdad. Te hundes, grave, frente a todos tus amigos apenas el se va del sitio, lloras, por unos 20 minutos, cosa que el nunca va a saber, pero lo dejas ir… ¿será que lo dejas ir?
Lo encuentras de nuevo, una semana después, y a decir verdad, nunca dejó de escribirte, y utilizar adjetivos contigo que se usan con quien estas saliendo, y tu solo te sientas como una estúpida a preguntarte qué demonios está ocurriendo en su cabeza (que es bien trastornada por cierto y precisamente por eso te encanta). Llega el fin de semana, y te lanzas al escape, lejos, sin celular, sin baño, sin nada más que unas cuantas ensaladas y una cava llena de alcohol. Lo encuentras, en medio del escape… y sin más te dice que la chica con la que estaba saliendo esta ahí… momento de claridad, lo entiendes todo, finalmente tienes frente a ti la explicación, y comienzas a decirte las mil maneras en que vas a superarlo, cuando no han pasado mas que horas, y el decide que lo mejor que puede hacer es besarte, te confundes de nuevo, no entiendes nada, ¿será que solo le encanta jugar con tu cabeza?, te presta toda su atención, es impresionante. Y pasan varios días en medio de esa situación, donde tú básicamente eres la otra simplemente porque te provoca… pero ¿de verdad eres la otra? Al final, lo conoces desde hace 5 años ¿no?
Y pues de aquí caemos en lo que hasta ahora sería la etapa cumbre de esta Telenovela a Domicilio… ¿Por qué a domicilio? Porque no importa cuanto intentes escapar, ella te va a perseguir. Te encuentras en medio de otra fiesta, esta vez si en todo el esplendor de tus 21 años, tú amiga no esta a tu lado, su amigo tampoco, pero ahí estás, con él; en tu cabeza, no se puede poner mejor, porque además te dijo que está harto de la otra. Y es ahí donde se desata el drama, de repente te das cuenta de que su amigo, tu ex, está ahí, lo único que cruza tu mente es “que mal tripeo” o un prudente pero odioso “¿Qué hace este aquí si no le gusta este tipo de música y nunca viene?”, pero decides omitir la situación, te acercas saludas de una manera bastante efusiva, que el obviamente no responde porque básicamente te odia; pero a decir verdad a ti ya no te preocupa. Te dedicas a bailar y disfrutar con el chico que en verdad te gusta, cuando de la nada te anuncian que la otra chica esta ahí… puedes verle la cara de impresión y disgusto, incluso mientras ella decide alejarlo y “hablar con el” lo cual termina siendo, por tu impresión, un “hablarle a él”.
Tu otra mejor amiga acaba de conseguir al chico que le gusta besando a una mujer que resultó tener dos hijos, y está ligeramente molesta. Mientras ellos también acomodan sus asuntos, tú dedicas tu noche a bailar, despreocupadamente, al final, no tienes nada, así que no tienes nada que perder. Cuando te molestan por todos lo comentarios que supuestamente le hiciste a una chica acerca de otro chico… la verdad ni los recuerdas, debe haber sido hace tiempo que omites la situación. Sigues bailando, relajada, viendo a la gente a tu alrededor, tomándote algo, para no caer en el mal rato. Y la velada termina con la otra chica lejos, tú besando al chico que te gusta y tu amiga dando una segunda oportunidad… ¿Qué más puedes pedir? Pues simplemente que le bajen dos grados al nivel de drama en su vida, porque las cosas se van a resolver… ¿No estoy yo saliendo o haciendo no se qué con el chico que me gustaba hace tanto tiempo?, ciertamente, entonces es mejor esperar que arrugarse del estrés ¿verdad?
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